Sendeiro dos viñedos da Ribeira Sacra PR-G-86
El sendero de los viñedos de la Ribeira Sacra discurre por el municipio lucense de Sober, es un recorrido circular de casi 15 kilómetros. Recorre extensas zonas de bosque y viñedos situadas en la ribera del río Sil, dos miradores y el precioso tramo de los molinos do Xábrega, situados a lo largo del regato de Camilo.

La ruta no tiene mayor dificultad, la mayor parte del recorrido es por caminos y pistas forestales, excepto un pequeño tramo rocoso, pero no tiene peligro si no te acercas demasiado al borde del acantilado.
Si estás por la zona de A Ribeira Sacra te recomiendo estas rutas: ruta Cañón do Sil-Santa Cristina, que es espectacular, y la ruta e pasarelas do Cañón do río Mao.
Cómo llegar al inicio de la ruta:
Nosotros comenzamos desde la Iglesia de Santo Estevo de Anllo donde encontrarás amplio espacio para aparcar.
Caminamos un pequeño tramo por carretera hasta el desvío que está al pasar la aldea de Souto Novo, el camino te adentra hacia el bosque y a la derecha podemos ver los extensos y famosos viñedos en escalera de A Ribeira Sacra.

El camino se encuentra bastante bien conservado y señalizado, aunque no tanto como para seguirla sin mapa.
Caminamos a través de un espeso bosque, donde pudimos ver numerosos ejemplares de carballos y otras especies autóctonas, y alcanzamos la pequeña población de Hortas.

Al salir de la aldea un pequeño regato atraviesa el sendero inundándolo por completo, al ser bastante difícil de caminar por él observamos que los caminantes han buscado alternativas por el prado contiguo, por lo que nosotros hicimos lo mismo.
De nuevo en el sendero, ya en óptimas condiciones llegamos a la aldea de Castinande, al atravesar la aldea volvemos a sumergirnos en un extenso bosque.

El camino es fácil de seguir ya que se trata de una pista forestal bien cuidada, los árboles nos hacen sombra en todo momento, algo que se agradece al caminar en ascenso y sobre todo en verano.
Llegamos a un cruce, muy cerca se encuentran los petroglifos de Nogueira, que no visitamos. Continuamos por pista y seguimos en suave ascenso. Nos desviamos hacia Os Chancís, el letrero nos dice que solo quedan 5,6 kilómetros.
Llegamos al punto más alto de la ruta, con nubes pero también con vistas, poco a poco vamos descendiendo y acercándonos al cañón del Sil, la panorámica promete, a lo lejos podemos ver el profundo azul del río que destaca contra las altas paredes de las montañas.
Seguimos descendiendo entre pinos y más adelante comenzamos a ver los hermosos viñedos, alcanzamos el mirador do Xábrega, situado en un montículo con vistas al embalse de Santo Estevo.

Dejando atrás el mirador, descendemos un pequeño tramo y de nuevo volvemos a subir la ladera por unas estrechas escaleras, al llegar arriba caminamos bordeando el acantilado un minúsculo tramo, desde ahí arriba las vistas son preciosas, el día estaba perfecto, sin mucho sol ni nubes.
Desde lo alto se puede ver la imponente silueta del Sil serpenteando entre las montañas. Un paraje que nos recuerda a los fiordos noruegos.

Después de un buen rato disfrutando de las vistas, nos ponemos en marcha y pocos metros alcanzamos el mirador de Os Chancís, que está a pocos metros de la carretera que va hacia el embarcadero.

La ruta continua carretera arriba unos pocos metros hasta llegar al desvío que nos deriva hacia los molinos del Xábrega, un tramo precioso que trascurre a lo largo del regato de Camilo y que cuenta con un numeroso conjunto de molinos, algunos de ellos recientemente rehabilitados.

Entre molinos, puentes, canales y un bosque con indicios otoñales, alcanzamos la aldea de A Boca. A partir de aquí la ruta continua por carretera, entre arcenes y aldeas.
Ya en el último kilómetro, en la aldea de O Xuncal, nos desviamos para ir bordeando la población de Pacios de Anllo, una parte del camino estaba en buenas condiciones, pero la otra parte, todo lo contrario, caminamos unos metros por un prado ya que el camino estaba muy tan tupido que era imposible cruzarlo.
Nos planteamos dar la vuelta pero veíamos a lo lejos la iglesia, sabíamos que estábamos cerca, y al final avanzamos abriéndonos paso con el bastón.
Este camino llega al mismo aparcamiento de la iglesia, sería ideal que lo adecentaran un poco, con solo cortar la maleza sería estupendo pero si no lo acondicionan, la mejor opción es continuar por la carretera hasta finalizar la ruta, serían unos tres kilómetros.
