La ruta cañón do Sil-Santa Cristina PR-G-98 se encuentra en el municipio ourensán de Parada de Sil, comarca de Terra de Caldelas. Es una ruta circular, de 18 kilómetros y dificultad moderada. El esfuerzo en algunos tramos valen la pena, esta ruta es simplemente maravillosa, sublime. Para mí es la REINA de las rutas.
A lo largo del recorrido, atravesaremos profundos bosques de castaños entre muros y caminos de carro. Conoceremos al Señor más longevo del lugar, el Castiñeiro Milenario de Entrambosríos, varios miradores al cañón del Sil, podremos visitar el monasterio de Santa Cristina, cruzaremos una aldea abandonada y muchos lugares más.
Comenzamos! Nos dirigimos a Parada de Sil, al parking do Maragato, es gratuíto y muy amplio. Está situado a 200 metros de la plaza do Barquilleiro, que es donde está el inicio y final de la ruta.
Allí están los paneles informativos que cuentan con código QR para descargar la ruta en el teléfono, que fue la que seguimos nosotros.
Toda la ruta está perfectamente señalizada y acondicionada, solo nos encontramos un árbol caído encima de un puente, que dificultaba el paso pero no nos impidió continuar.
Salimos de la plaza do Barquilleiro por una pista de cemento que en 100 metros enlaza con un camino de hierba. Este tramo será una pequeña introducción de lo que nos espera.
En un kilómetro llegaremos a la aldea de Sardela, a partir de aquí caminaremos en descenso durante 2 kilómetros hasta llegar a una carretera.
Debemos cruzar, descender unos metros y luego girar a la izquierda, justo donde está el panel informativo. Este camino nos llevará a la aldea de Entrambosríos. Castaños y más castaños te acompañarán todo el recorrido. Este es uno de los tramos que más me gustaron, es un bosque de cuento. Nunca había visto tantos castaños juntos, muchos de ellos centenarios.
Esta es la pequeña aldea de Entrambosríos, aquí habita uno de los castaños más longevos de Galicia. Debemos desviarnos de la ruta unos 200 metros para visitarlo pero vale la pena.
El Castaño de Entrambosríos tiene más de 700 años, mide más de 15 metros de altura y 9 de perímetro. Le han puesto un vallado para que dejemos de tocarlo, ya que así podemos transmitirle enfermedades. Respetemos su espacio.
Vive en este soto rodeado de castaños, molinos y sequeiros. Estos son construcciones rectangulares de dos plantas donde se dejaban secar las castañas. En la planta baja se encendía una lumbre y en la planta alta se extedían las castañas en una rejilla, así se aseguraban la cosecha.
Volvemos a la aldea y continuamos nuestra ruta, seguimos descendiendo por este paisaje que no deja de sorprendernos. Caminaremos por caminos empedrados acompañando al regato do Batán. Cruzaremos varios puentes hasta llegar a un punto de información. Aquí, en este punto comienza el ascenso.
Ahora nos esperan tres kilómetros intensos, sobre todo los dos primeros, tómalo con calma, camina despacio a pasos cortos se hace más llevadero y si tienes que descansar, hazlo.
Estaremos subiendo por un lado del cañón a la zona de los miradores, el embalse de Santo Estevo y el río Sil quedarán a nuestra derecha.
Los miradores más conocidos son los Balcones de Madrid, pero hay algunos más: mirador de Fental, mirador As Fontiñas y el mirador de Portela.
Seguimos caminando, es paisaje va cambiando y se vuelve más escarpado, seguimos subiendo la ladera del cañón hasta llegar al punto más alto, los árboles dan paso a pequeño arbustos y pinos jóvenes.
Poco a poco vamos adentrándonos en el espeso bosque y el paisaje vuelve a cambiar. El sendero es estrecho pero se ve bien en todo momento, nos dirigimos hacia el monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil, hay que desviarse de la ruta 300 metros para visitarlo, es importante asegurarse las horas de visita para no hacer el viaje en balde.
La visita a este monasterio fue muy agradable, casi estábamos solos y pudimos verlo sin esperas. El patio es una preciosidad, se respira calma y sosiego. No pudimos recreearnos como nos gustaría ya que el tiempo pasa y aún nos quedaban unos cuantos kilómetros por andar.
Nos ponemos en marcha, la parada nos ha hecho perder un poco el ritmo y los kilómetros empiezan a pesar. En pocos metros estaremos en la carretera, caminaremos por ella unos 100 metros en ascenso hasta el sendero que estará a nuestra derecha, este nos llevará a la aldea de Castro.
Alcanzaremos la aldea por la parte baja, debemos atravesarla, caminaremos por carretera unos 600 metros hasta encontrar los indicadores, en estos está señalizada Parada 3,7 kilómetros.
Este camino nos adentrará a un bosque con inmensos robles y castaños, un camino serpenteante de muros de piedra, por él llegaremos a la aldea abandonada de Chamoso y más tarde hasta Parada de Sil, el punto y final de esta maravillosa ruta.
Sé que me he excedido pero como no hacerlo, porque es imposible no deshacerse en elogios al describir esta ruta maravillosa de principio a fin, y aún así creo que me he quedado corta.
Dar las gracias a las personas encargadas de acondicionarla y cuidarla, por su labor y entrega. Ha sido un verdadero placer caminar por Parada do Sil, repetiremos seguro. Hasta pronto.
Si quieres compartir tu expericiencia, puntualizar algo o tienes alguna duda, no dudes en escribirme. Intentaré ayudarte en lo que pueda.