Panorámica de Monte Facho

Ruta Costa da Vela pasando por Monte Facho

La ruta de Costa da Vela o también conocida por sendeiro de Donón o Cabo Home está situado en el municipio de Cangas do Morrazo, es una ruta circular de poco más de 12 kilómetros con dificultad fácil moderada y recorre una de las zonas más impresionantes de la provincia de Pontevedra.

Panorámica desde Monte Facho.

A través de este sendero visitamos tres faros, playas paradisíacas, pinares y un poblado castrexo llamado Beróbriga, situado en la cima de Monte Facho, desde el que se puede disfrutar de una panorámica soberbia.

Como llegar al inicio de la ruta:

Nos dirigimos hacia el pueblo de O Hío, el sendero parte de la Caracola de Donón, una gran estructura de acero situada frente al mar. Cuenta con un amplio aparcamiento, cafeterías y restaurantes. Un planazo.

Caracola de Donón.

Hay varios paneles informativos sobre la ruta y la zona, los primeros metros caminamos sobre una pista ancha para luego desviarse hacia la derecha y caminar sobre el acantilado a lo largo de la costa da Vela.

En todo momento se camina bien y las vistas al mar son impresionantes, distinguimos a la perfección las maravillosas islas Cíes, que se encuentran en frente, da la impresión que podríamos tocarlas.

Sendero Costa da Vela.

A medida que avanzamos podemos ver el mar que bate con fuerza contra el acantilado y a lo lejos, distinguimos el faro de cabo Home, nuestra primera parada.

El Cabo Home es un pequeño saliente en el extremo más occidental de la península do Morrazo que separa las rías de Pontevedra y Vigo. En este pequeño cabo se encuentra el primer faro de la ruta, una torre cilíndrica de 18 metros de alto, pintado de blanco y azul.

Faro de Cabo Home.

A pocos metros del faro de Cabo Home se encuentra el faro de Punta Robaleira pintado de un llamativo color rojo, este lugar es elegido para la práctica de submarinismo.

Faro de Punta Robaleira.

A pocos metros de él, entre las rocas, se puede ver una una cruz de piedra en memoria de Pepe Ruíz, un pescador que debido a una avería en su embarcación, fue arrastrado por la corriente y acabó chocando contra las rocas, sin que nadie pudiese ayudarlo.

Cruz en memoria de Pepe Ruíz. Al fondo las islas Cíes.

Nos ponemos de nuevo en marcha siguiendo el sendero cercano al mar que nos lleva hacia la playa de Melide, un precioso arenal situado al abrigo entre Punta Robaleira y Punta Subrido.

Atravesamos la playa de punta a punta caminando por la orilla para no dañar la duna. Esta playa de arena fina y aguas cristalinas, es una de las favoritas para practicar surf y otros deportes acuáticos, además cuenta con el distintivo de Bandera Azul.

Playa de Melide.

Ya en las rocas, buscamos el estrecho sendero entre los pinos, y caminamos bajo la sombra de estos, que en verano se agradece, hasta la pista que nos acercará hasta el tercer faro. Para visitarlo hay que desviarse hacia la derecha unos 500 metros.

Faro de Punta Subrido.

Este es muy parecido al faro de Cabo Home pero más bajito.

Desde el faro de Punta Subrido se puede contemplar una panorámica impresionante de la ría de Vigo, islas Cíes y la ensenada de Barra.

Panorámica a la ría de Vigo.

Damos la vuelta y caminamos por esta pista unos 800 metros hasta alcanzar el desvío que nos llevará a la playa de Barra. En este tramo hay un aparcamiento público para acceder al faro y las playas o por si quieres comenzar la ruta en este punto.

El sendero se encuentra a nuestra derecha y nos adentra hacia el bosque, caminamos un pequeño tramo por un pinar hasta llegar al borde del acantilado. Desde lo alto podemos ver la playa de Barra, que es nudista, está separada por un promontorio de rocas de la playa de Viñó y seguida de la playa de Nerga.

Vista a la playa de Barra.

Bordeamos la playa de Barra por la parte superior siguiendo el sendero hasta llegar al aparcamiento.

Giramos hacia la izquierda caminando por carretera hasta que se acaba aproximadamente en unos 500 metros, seguimos de frente por el camino de tierra y en la bifurcación seguimos el estrecho sendero que parte hacia la derecha.

Hay que prestar atención para no pasárselo ya que está escondido entre la maleza, aunque tiene mala pinta pasados los primeros metros se camina estupendamente. Cruzamos el puente del rego de Donón, y entre prados y bosques llegamos a la carretera, el sendero hacia Monte Facho continua al otro lado.

Sendero hacia Monte Facho.

Ahora toca ascender, y disfrutar de las vistas desde lo alto.

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Lo primero que nos encontramos son las ruinas de la antigua aldea de As Cortes o Punxeiro, y unos metros más arriba se encuentra el castro de Monte Facho, cuenta con unas cincuenta viviendas circulares situadas en la ladera del monte, con unas vistas privilegiadas.

Castro de Monte Facho.

También pudimos ver unas grandes losas de piedra talladas, llamadas Aras, se cree, que pueden ser altares donde se celebraban sacrificios dedicados a varios dioses, uno de ellos es Berobreo, el Dios del más Allá. Por ello también se conoce este poblado con el nombre de Castro de Beróbriga.

Aras del Castro Monte Facho.

En la parte más alta del monte hay una garita de piedra, esta era utilizada para vigilar la ría y está construida en la base del antiguo faro medieval.

Estamos a tan solo 180 metros sobre el nivel del mar, pero desde aquí arriba se observa unas vistas increíbles a las islas Cíes, la ría de Vigo, toda la costa da Vela, las islas de Ons hasta Baiona, imprescindible visitarlo.

Garita de Monte Facho con las Islas Cíes al fondo.

Después de conocer y disfrutar de las vistas nos disponemos a descender, pasamos junto al Carballo dos Namorados, un tremendo roble de ramas retorcidas al lado del camino.

Carballo dos Namorados.

Indagando un poco sobre el nombre que le han puesto a este ejemplar, aunque más o menos me hago a la idea por donde van los tiros, y sí estaba en lo cierto, este era un lugar de encuentro de jóvenes casaderos de la zona, antiguamente había una cueva donde se escondían pero al tapiarla lo hacía por los alrededores del árbol.

El descenso lo hacemos por la calzada empedrada, a lo largo de ella encontramos algunos vestigios de otras épocas, mayormente cruces y gravados, casi todos están señalizados.

Camino empedrado.

Al llegar a la carretera, caminaremos en descenso unos 400 metros hasta alcanzar de nuevo la Caracola de Donón.

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Esta es una de las rutas que más repetimos, creo que es la tercera vez que la realizamos y no será la última.

Ha sido un placer caminar otra vez por Cangas do Morrazo. Hasta pronto.

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