Si estás planteándote viajar a La Palma, en este artículo te explico todo lo que visitamos, rutas, consejos y como fue nuestra experiencia en La Isla Bonita.
Debes tener en cuenta que no es la isla más calurosa de las Canarias y que el tiempo es tan dispar como su orografía, al ser una isla volcánica su relieve es muy abrupto y montañoso.
La isla de La Palma es una de las islas con mayor desnivel del mundo en relación con su superficie, esto genera microclimas y variedad de paisajes.
Nosotros estuvimos casi seis días contando el tiempo de los vuelos, llegamos un sábado sobre las 18:00 al aeropuerto y nos marchamos un jueves temprano sobre las 12:00, pudimos dedicarle cuatro días enteros y medio, no está mal para una primera toma toma de contacto, y para que nos quedaran ganar de volver.
Llevábamos todo bien atado pero el clima nos hizo variar el itinerario los primeros días, y aunque nos quedó alguna cosa por hacer y visitar, lo más importante lo cumplimos: Bienvenidos a la Isla Bonita!
Qué ver en La Palma en cuatro días y medio:
Viajamos con la aerolínea española Binter, nuestro vuelo despegó del aeropuerto de Vigo al aeropuerto de Santa Cruz de Tenerife Norte, donde cogimos conexión hacia La Palma.
Dejamos nuestra soleada Galicia para llegar a una lluviosa Tenerife, nuestro avión hacia La Palma salió con retraso debido al mal tiempo, me hizo gracia por que en los partes meteorológicos que miramos nos daba soleado, y la lluvia no estaba en nuestros planes.
En cambio, La Isla Bonita nos recibió soleada y con algo de nubes cosa que nos alegró muchísimo, sin embargo al día siguiente la lluvia hizo su aparición alterándonos los planes.
Recogimos el coche de alquiler en la compañía CICAR, situada en el mismo aeropuerto y pusimos rumbo hacia Santa Cruz de La Palma, que está a tan solo 7,5 kilómetros.
Como era nuestra primera visita a la isla decidimos instalarnos en la capital, contratamos en BOOKING un pequeño apartamento tipo loft en el centro de la ciudad, situado en la peatonal, muy céntrico, cómodo y bastante fácil para aparcar.
Después de llevar las maletas y acicalarnos y poco, decidimos dar una pequeña vuelta por Santa Cruz, recorrimos el todo el paseo marítimo donde están las típicas casas de los balcones hasta llegar a las letras, paseamos por la playa, y subimos cuando ya atardecía al Castillo de la Virgen, desde donde se contempla una bonita panorámica de Santa Cruz y la costa.
Día 1: Cubo de La Galga, Mirador y ruta de La Tosca y Porís de Candelaria.
-El primer punto del día era realizar la ruta Cubo de La Galga que se encuentra en el municipio de Puntallana, a 16 kilómetros hacia el norte de Santa Cruz.
Es una ruta circular de casi 7 kilómetros que recorre un bosque milenario de laurisilva hasta el mirador de Somada Alta situado a 780 metros de altura, debido a la espesura de la vegetación apenas notamos que llovía, pero nos chafó el siguiente plan que era subir al pico de la Nieve y al Roque de los Muchachos, que aplazamos para el día siguiente.
-Como tuvimos que improvisar, decidimos rodear la isla por el norte hacia el Mirador de la Tosca, aquí el tiempo mejoró y pudimos realizar una pequeña ruta entre dragos.
La Tosca en un conjunto de casas rurales en el municipio de Barlovento, están situadas en medio de un bosque de dragos, un árbol endémico de las Islas Canarias.
Es un recorrido encantador de tan solo 1,6 kilómetros que discurre entre dragos, campos de cultivo y vistas al mar.
-De la Tosca nos dirigimos hacia Porís de Candelaria, al otro lado de la isla, paramos en el Pino de la Cruz del Castillo, un mirador con un enorme pino canario que si no fuera por la niebla tendría una bonita panorámica.
Nos echamos una tirada de kilómetros por carreteras de montaña, por suerte al otro lado de la isla estaba soleado, tanto que tuvimos que sacarnos las sudaderas.
-La Cueva de Porís de Candelaria se encuentra en el municipio de Tijarafe, un rincón especial y único que me sorprendió como pocos.
Desde el pueblo de Tijarafe hay que desviarse por la calle la Molina hasta llegar al aparcamiento, casi cuatro kilómetros y luego caminar uno. Se debe conducir con cuidado ya que la carretera es estrecha y tiene mucho desnivel, dando por momentos un poco de vértigo.
El lugar es espectacular, estás rodeado de impresionantes acantilados donde el mar bate con fuerza, el recorrido está señalizado y es fácil de llegar. El momento de ver la cueva es algo difícil de explicar, es un subidón.
-De Porís ponemos rumbo a Santa Cruz, atravesamos la isla de oeste a este, pasando por el mirador del Time, que es un bar o cafetería, por los Llanos de Aridane, que dejamos para otro día ya que anochecía.
Esta esta pasa muy cerca del volcán Tajogaite que erupcionó en el año 2021, a pie de carretera se encuentra el mirador Tajuya, donde estaban las cámaras de televisión siguiendo el volcán.
Día 2: Mirador de la Cumbrecita, Mirador de la Concepción y Roque de Los Muchachos.
Para visitar el mirador de la Cumbrecita es necesario reservar con antelación si vas a subir con tu coche ya que hay plazas de aparcamiento limitadas, sin embargo si vas en taxi no es necesario.
Este enlace te dirige a la página oficial del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente.
Otra opción sería dejar el coche abajo junto a la barrera pero son casi 4 kilómetros cuesta arriba.
La Cumbrecita se encuentra en el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, un lugar de cuento donde el gran protagonista es el pino canario. Aquí se pueden realizar varias rutas dependiendo del tiempo que reserves, por eso es importante que planifiques bien.
Nuestra idea era hacer dos rutas, la fácil y apta para niños, la ruta de los Miradores y la ruta del pico Bejenado, que son 4 kilómetros lineales y tiene mayor complejidad debido al desnivel, pero en esta última tuvimos que abandonar a la altura del Roque de los Cuervos por la niebla, aún así pudimos ver desde lo alto la grandiosa Caldera de Taburiente.
-La ruta de los Miradores es circular y tiene una longitud de poco más de 3 kilómetros, este trayecto discurre bordeando la montaña por su cara interna, pudiendo disfrutar de unas vistas espectaculares en todo su recorrido a la Caldera de Taburiente.
Esta hendidura de ocho kilómetros de diámetro y uno y medio de profundidad, rodeada de numerosos picos y barrancos y recubierta de bosques de pino canario está situada en el centro de la isla y es la joya de la Isla Bonita, por su diversidad biológica y geológica.
De la Cumbrecita nos fuimos al Roque de los Muchachos, una paliza en coche pero fue lo que nos recomendaron, ya que el tiempo aquí es el que manda, y nos puso patas arriba el itinerario inicial.
-Hay que volver casi hasta Santa Cruz y desviarte hacia el Roque de los Muchachos, en medio hicimos parada en el mirador de la Concepción, fácil de aparcar y con vistazas.
Lo ideal es que hubiese vientos elíseos para poder ver el efecto cascada de nubes, sin embargo el viento del norte era el que soplaba estos días y lo que nos encontramos arriba fue una cama de nubes de algodón preciosa, que daban ganas de tocarla.
-El Roque de los Muchachos es el punto más alto de La Palma, cuenta con una altura de 2.426 metros, y tiene uno de los mejores cielos del mundo para observar las estrellas.
Desde aquí se alcanza a ver el Teide, situado en la isla de Tenerife, algo impresionante y de visita obligada.
Desde el aparcamiento del Roque de los Muchachos hasta el espigón donde se encuentra el otro mirador, hay un sendero de casi 1,5 kilómetros.
Día 3: Ruta de los Volcanes.
La ruta de los Volcanes era para mí el punto estrella de la isla, tenía unas ganas inmensas de realizar esta ruta, teníamos claro que haríamos la larga, son 24 kilómetros lineales, se trata de un tramo de la GR-131 El Camino Natural El Bastón, uno de los recorridos más impresionantes y exigentes de La Palma.
Al ser lineal, tienes que encontrar la mejor forma de organizarte, nosotros hablamos el día antes con un taxista de Fuencaliente, donde acordamos que nos recogería en el faro de Fuencaliente (final de la ruta) para llevarnos al Refugio del Pilar (inicio de la ruta) a regocer nuestro coche.
-La ruta de los Volcanes de La Palma superó todas mis expectativas, llevándonos a recorrer paisajes dignos del planeta Marte, desde bosques, montañas, vegetación endémica, volcanes, crestas donde podemos ver las dos vertientes de la isla, hasta llegar al faro, donde el paisaje cambia de forma rotunda con el mar.
Después de caminar 24 kilómetros en 8 horas, con un pequeño descanso para comer, el taxista, un hombre de palabra y dicharachero como pudimos comprobar, nos recogió en el sitio acordado y nos llevó a buscar nuestro coche contándonos alguna que otra historia de su querida isla.
Pablo, ha sido un placer conocerte. Un saludo desde Galicia.
Día 4: Bosque y cascada de Los Tilos, playa de Nogales y Santa Cruz.
Para este día dejamos los planes más tranquilos, ya que sabíamos que alguna agujeta tendríamos de la ruta del día anterior.
Pusimos rumbo a visitar otro punto fuerte de la isla, la Cascada de los Tilos, que creíamos cerrada pero Pablo (el taxista), nos dijo que había abierto hacía unos dos días, que lo había visto por la tele.
Y allá fuimos, nos dirigimos de nuevo hacia el norte, al municipio de San Andrés y Sauces, que es por la misma carretera que al Cubo de La Galga, pero más al norte, así que si vas al Cubo acércate a ver la Cascada de los Tilos.
El Bosque de los Tilos es un bello paraje natural de intensos colores verdes, muy parecido a los bosques gallegos, donde abundan los tilos, helechos gigantes, viñátigos y brezos formando un ambiente húmedo y fresco, contrastando con los paisajes del sur de la isla, que son secos y volcánicos.
Fue el primer lugar declarado Reserva Natural de la Biosfera en las Islas Canarias y es Patrimonio de la Unesco.
A través de un corto recorrido entre frondosa vegetación y túneles, alcanzas uno de los lugares más emblemáticos de La Palma, la Cascada de los Tilos, situada en un frondoso bosque que cautiva por su belleza.
Un chorro de agua natural que cae en forma de cola de caballo, y que además cuenta con un mirador donde podrás observarla en primer plano.
Otro de los recorridos que había abierto es el Mirador del Espigón Atravesado, recorrido lineal de 2,5 kilómetros que nosotros no realizamos, pero aquí lo dejo por que la información nunca está de más.
-De vuelta hacia Santa Cruz, hicimos otra parada cambiando totalmente de escenario, nos acercamos a una de las playas más salvajes e increíbles de La Palma, situada en el municipio de Puntallana a pocos kilómetros del Cubo de la Galga, se encuentra la playa de Nogales.
Desde el aparcamiento, caminamos por un imponente sendero unos 500 metros, bordeando el acantilado pasamos por la Cueva del Infierno, y en pocos metros se encuentra esta espectacular playa.
Desde lo alto de las escaleras podemos ver la fuerza del oleaje, no es una playa tranquila, es territorio surfista, pero es una playa limpia y silenciosa, donde el azul intenso del mar contrasta con la arena negra volcánica, formando un paisaje impresionante.
Y ya rozando las tres de la tarde abandonamos este paraíso para volver a Santa Cruz, comer, cambiarnos de ropa y realizar un mini tour por la capital de la isla.
Como fuimos por Semana Santa, en vísperas de Jueves Santo pillamos la procesión del Santo Encuentro 2025, me sorprendió la cantidad de gente que había.
Paseamos por algunas de las calles principales de Santa Cruz, una de ellas es paralela al paseo marítimo, está adoquinada y es peatonal, es la Calle Anselmo Pérez de Brito y la otra es la Calle O’ Daly, ambas son calles comerciales y están dedicadas a dos personajes burgueses que impulsaron la caída del régimen de los Regidores Perpetuos en 1773.
Tomamos un café en un elegante local, el Café de Don Manuel, donde puedes acompañar con una ración de tarta, es un lugar precioso y con mucho encanto.
Algunos de los lugares que visitamos en Santa Cruz son: la plaza España, Plaza de la Alameda, en la que hay varios locales, nosotros cenamos en el Bar Arepera El Encuentro, pedimos unos platos combinados que estaban ricos y bien de precio, a pocos metros se encuentra el monumento a El Enano y el Museo Naval-Barco de la Virgen, que es una reproducción de la carabela Santa María.
Y hasta aquí nuestro pequeño pero intenso viaje a La Isla Bonita, con algunos cambios de itinerario por el tiempo pero felices y contentos por poder disfrutar de este paraíso, tan hermoso como desconocido.
Nos llevamos de esta preciosa isla muchas vivencias, aventuras y una felicidad inmensa. Ha sido un inmeso placer conocerte.
Hasta pronto La Palma, volveremos a vernos.
A ti, que me lees incondicionalmente, decirte que si tienes cualquier duda, pregunta o lo que sea, que sepas que aquí estoy, gracias por leerme.