- Distancia: 24 km
- Tiempo de recorrido: 8 HORAS 15 MINUTOS
- Localidad: Isla de La Palma
- Provincia: Resto de España
La ruta de los Volcanes discurre por los municipios de El Paso, Mazo y Fuencaliente, dentro del Parque Natural de Cumbre Vieja en la Isla de La Palma, Canarias.
Si está en tus planes visitar La Isla Bonita te recomiendo leer el artículo Que ver en la Palma en cuatro días, con rutas, consejos y experiencias.
Este el último tramo del recorrido GR-131 Camino Natural de La Palma-El Bastón, que comienza en el Refugio del Pilar y termina en el Faro de Fuencaliente, el punto más al sur de la isla.
Es un recorrido exigente a la vez que impresionante, a lo largo de 24 kilómetros atraviesa paisajes tan diversos como impactantes, desde bosques, montañas, cráteres, panorámicas a ambos lados de la isla, y en los últimos kilómetros costa y mar.
No es de extrañar que sea uno de los senderos que más atrae a visitantes y senderistas, pero antes de lanzarte a la aventura debes que tener en cuenta algunos datos.
DATOS A TENER EN CUENTA:
El recorrido es lineal por lo que debes organizarte para llegar al inicio o para que alguién te lleve a recoger tu coche.
En nuestro caso contratamos un taxi en Fuencaliente, nuestra idea era dejar el coche en el final de ruta (Faro de Fuencaliente) y que el taxista nos llevara al inicio (Refugio del Pilar), así al terminar tendríamos el resto de la tarde para conocer la zona; pero ninguno de ellos tenía disponibilidad a esa hora por lo que tuvimos que hacer al revés.
El trayecto en taxi dura aproximadamente una hora, el taxímetro está encendido y son en torno a los 60 euros.
No hay cobertura en toda la ruta, solo en el pueblo Los Canarios, allí avisamos al taxista de que nos quedaban 6 kilómetros para finalizar.
Hay que llevar agua suficiente ya que no hay fuentes en todo el recorrido, crema de sol y una gorra, también son muy recomendables los bastones de senderismo.
Cómo llegar al inicio de la ruta:
La ruta comienza en el Refugio del Pilar, una zona amplia de recreo rodeada de frondosos bosques, dejamos nuestro coche de alquiler en el aparcamiento y buscamos las señales de inicio a la Ruta de los Volcanes.
El sendero está perfectamente señalizado y es fácil de seguir, cada cierta distancia aparecen las marcas, en este caso al ser un GR (Gran Recorrido) son rojas y blancas, e indicadores de madera, por lo que estaremos informados en todo momento.
Comenzamos caminando en suave ascenso sobre tierra volcánica y a través de un frondoso bosque de pino canario, la mañana estaba nublada y hacía fresco, a medida que ascendemos a nuestra derecha comienzan a aparecer las primeras vistas a la Caldera de Taburiente.
Por suerte las nieblas comienzan a disiparse por lo que somos más conscientes del paisaje que nos rodea, por momentos el ascenso se agudiza pero es bastante llevadero, estamos rodeando el pico Birigoyo.
Después de llanear un buen rato comenzamos de nuevo a subir, las vistas son impresionantes a pesar de estar bastante cubierto de nubes, podemos atisbar un trozo de la costa oeste, los picos de la Caldera y las montañas redondeadas de color ceniza.
El bosque se acaba y ante nosotros se abre un paisaje de coladas y cráteres, los primeros volcanes que nos encontramos son el Hoyo Negro, un agujero enorme situado a nuestra derecha y más adelante el Duraznero, que erupcionaron en el año 1949, al acercarnos a él se puede ver un enorme lago de lava que da escalofríos.
Lo rodeamos y descendemos para a pocos metros comenzar a subir, este es el tramo más duro de la ruta, el ascenso al volcán La Deseada (1916 metros de altitud), el punto más alto de la ruta.
Al alcanzar la cima, nos tomamos un respiro en el poste geodésico y así admirar las vistas.
Ahora toca descender sobre terreno arenoso y resbaladizo, en los primeros metros aprovechamos para apurar el paso pero después de un par de resbalones echamos el freno, estas bajadas son traicioneras.
Por momentos llaneamos y volvemos a descender, los colores negruzcos de la tierra contrastan con el verde de los árboles y el azul del cielo formando un paisaje único e inolvidable.
Continuamos nuestra caminata acercándonos al volcán Martín, ascendemos hasta su cumbre para verlo mejor, desde aquí se puede ver el Teide en la isla vecina de Tenerife.
Caminamos por la cresta de la montaña hasta unas rocas, desde aquí si no hubiese tantas nubes podríamos ver las dos vertientes de la isla, aún así las vistas son magníficas.
Desandamos ese pequeño tramo y rodeamos el volcán Martín por su base, en esta zona las nieblas regresaron dándole al paisaje un toque misterioso, en la montaña de Fuego la niebla era palpable, tanto que por momentos caía alguna gota.
Poco a poco el desnivel va suavizándose, y por momentos llaneamos que se agradece, nos internamos en un bosque de donde la lava lo recubre todo.
La corteza de los árboles ha adoptado un color negro que creíamos era de la ceniza del volcán, sin embargo más tarde, nos explicó el taxista, que es por que están afectados por varias plagas: la procesionaria y la lagarta canaria.
A través de este bosque alcanzamos el pueblo de Los Canarios, nos tomamos un pequeño descanso y llamamos al taxista, acordamos la hora a la alza para que no tuviera que esperarnos y continuamos caminando.
Atravesamos el pueblo hasta llegar al centro de visitantes del volcán San Antonio, por la derecha el sendero continua rodeando una alambrada, bordeamos el volcán San Antonio ya con vistas al mar y campos de cultivo, un contraste de colores preciosos.
Esta zona está declarada monumento natural, con el fin de preservar las coladas de los volcanes de Teneguía, que erupcionó en el año 1971, y San Antonio, que lo hizo en el siglo XVIII.
Pasamos por el mirador del volcán Teneguía para desviarnos hacia el sendero que nos llevará al Faro de Fuencaliente.
Caminamos por una de las zonas más jóvenes de la isla, las coladas del volcán Teneguía, el sendero se abre paso sobre la lava solidificada y piedras de diferentes formas y tamaños.
Y después de veintitantos kilómetros por fin divisamos el Faro de Fuencaliente y Las Salinas, poco nos queda ya por andar, tan solo un kilómetro, caminamos estos últimos metros mirando todo a nuestro alrededor con detenimiento, memorizándolo, para no perdernos ningún detalle.
Para nuestra sorpresa, lo que nos encontramos fueron dos faros a escasos metros uno del otro, el antiguo que está construido en piedra y el nuevo que está pintado de rojo y blanco.
El antiguo fue construido en el 1892, y ha sobrevivido a varias erupciones volcánicas, las últimas en 1951 y 1971, y aunque la lava no logró alcanzarlo, los temblores previos fueron los que dañaron su estructura.
Debido a su mal estado construyen otro nuevo, que comienza a funcionar en 1984. Pasados los años, en 2006, se reconstruye el viejo faro para albergar el Centro de Interpretación de la Reserva Marina de la isla de La Palma.
Y hasta aquí este maravilloso recorrido, un impresionante sendero que superó totalmente mis expectativas. Gracias por leerme.
Ha sido un verdadero placer. Hasta pronto La Palma.