La pequeña población de Pedre se ubica en el municipio pontevedrés de Cerdedo Cotobade. Un maravilloso municipio que nos enamoró con sus maravillosos bosques en la ruta foxo do lobo.
En esta pintoresca aldea, catalogada como Conjunto Singular, se encuentra un cuidado conjunto de doce hórreos construidos de piedra y madera.

Están ubicados en el centro de la aldea, en la plaza llamada Eira Grande, en estos lugares era donde antiguamente los vecinos se reunían y realizaban las labores del campo de forma colectiva, entre cánticos y bromas las tareas se hacían más llevaderas.
Una de esas labores era la malla del centeno, que consistía en recoger el grano con la ayuda de hoces, se dejaba secar al sol y una vez seco, se golpeaba con palos separando el grano de la hierba.

A día de hoy en algunos lugares de Galicia, todavía se realizan estas actividades a modo de actuación o exhibición en las fiestas o romerías, con el fin de preservar y divulgar estas labores de antaño como patrimonio inmaterial.
En Boiro, una población de la provincia de A Coruña, se festeja desde hace unos años en el mes agosto, la fiesta de la Malla, organizada y realizada por un grupo de amigos y vecinos del lugar.
Además de este pintoresco grupo de hórreos, podemos ver algunos cruceiros y fuentes de piedra, la aldea cuenta con una cuidada calzada de piedra que te adentra a una impresionante carballeira, poblada de numerosos ejemplares centenarios.

Este frondoso bosque es atravesado por un cuidado sendero que forma parte del Camiño Taverneiro y que antiguamente fue un camino de peregrinos; a través de él llegamos a uno de los puentes más espectaculares del río Lérez, como es el puente de Serrapio.


Su origen se remonta a la época medieval, posiblemente al siglo XIV ó XV.
Está formado por tres arcos apuntados de distinto tamaño que soportan tímpanos de cantería, y está pavimentado con una calzada de losas de piedra, en el centro del puente existe un grabado realizado por un vecino del pueblo durante la guerra civil y que a día de hoy se distingue perfectamente.

Este puente fue mencionado por Pai Sarmiento allá por el año 1754 en su viaje a Galicia, por aquel entonces, formaba parte del Camino Real Santiago-A Estrada-Tui, que era uno de los más importantes de la época.

En su larga historia fue testigo de numerosos sucesos, como fue el paso de las tropas napoleónicas en 1808 y los enfrentamientos entre los prófugos y guardia civil en la postguerra.
Siguiendo el sendero, perfectamente delineado llegamos a la población de Serrapio, allí se encuentra apostada en lo alto de una colina, la capilla de San Lorenzo.

Desde abajo podemos distinguir varios cruceiros, un palomar y una gran cruz de piedra desde donde se puede contemplar una bonita panorámica del lugar.

Un precioso paseo para conectar con la naturaleza y disfrutar de la tranquilad. Un recorrido de menos de cuatro kilómetros entre ida y vuelta ideal para un plan tranquilo.
Ha sido un placer conocer un poquito más de este maravilloso municipio. Hasta pronto.