La ruta al pico Tres Obispos está en el municipio de Cervantes, provincia de Lugo. Concretamente, se ubica en la sierra de los Ancares Lucenses, en la zona de Galicia que colinda con la comunidad autónoma de Castilla y León.
El pico Tres Obispos es una de las cumbres más altas de la sierra de los Ancares, con 1794 metros. Su curioso nombre proviene de una antigua leyenda que cuenta que en este punto se reunían los obispos de las diócesis de Astorga, León y Lugo. Sin duda, un buen lugar para reunirse.
Es una ruta sencilla, ideal para hacer en familia siempre y cuando no haya nieve. La época ideal sería en primavera, pero hay que mirar con antelación las condiciones atmosféricas. La nieve no sería ningún impedimento siempre y cuando se vaya equipado debidamente. Lo que no es conveniente bajo ningún concepto es hacerla con niebla.
Nosotros tuvimos un día ideal: solecito y sin apenas viento. El recorrido entre ida y vuelta son casi 15 kilómetros. En el mapa solo grabamos la ida, ya que la vuelta la hicimos por el mismo camino.
Para empezar, nos dirigimos al albergue de Ancares, que cuenta con espacio para aparcar. El inicio de la ruta está justo al lado de un CRUCEIRO y un panel informativo. La pista al comienzo es ancha y está asfaltada. Además, tiene un cilindro de cemento con un pequeño croquis de la ruta.
Los primeros 6 kilómetros son muy cómodos y el ascenso apenas se nota. Te puedes dedicar a únicamente caminar y admirar el paisaje.
Desde el albergue, caminaremos poco más de un kilómetro hasta llegar a una bifurcación. Luego, nosotros tomamos el camino de la izquierda.
Después de caminar 5 kilómetros más por este increíble paraje, llegamos a la campa de los Tres Obispos. Al ser primavera, los narcisos ya habían florecido y formaban una bonita alfombra amarilla. Desde aquí, se pueden ver algunos de los picos más importantes de la sierra como son: Cuerno Maldito, Mustallar, Penalonga etc.
Luego continuamos por un sendero estrecho que discurre entre matorrales hasta llegar a la campa das Ovellas. Desde aquí se puede ver perfectamente el sendero a seguir hasta la cumbre.
Los últimos 300 metros son los más duros de la ruta. El camino se vuelve muy rocoso, lo que dificulta el ascenso, pero con pasos cortos se llega. Cada pocos pasos descansamos y volvemos la vista atrás, no deja de asombrarnos la belleza de estas montañas.
LLegados a la cima, ya podemos sentarnos y disfrutar del paisaje tan hermoso de los Ancares.
Qué gran satisfacción siente uno cuando ha cumplido el objetivo. Quien me lo diría a mí hace unos pocos años que estaría coronando un pico. Ni yo me lo creería. Pues aquí estoy y con ganas de más.
Hasta aquí mi pequeña aventura en la montaña y con ganas de repetir experiencia. Ha sido un inmenso placer caminar por los Ancares. Hasta pronto.