Ruta do río Pequeno, Seoane do Courel.

Ruta do río Pequeno desde Seoane do Courel

Por cristabeldeviaje noviembre 9, 2024

INFORMACIÓN BÁSICA DE LA RUTA

La ruta do río Pequeno PR-G-219 transcurre por el municipio lucense de Folgoso do Courel, es un recorrido circular de poco más de 15 kilómetros y dificultad moderada.

Ruta do río Pequeno PR-G-219.

Esta ruta sigue el curso del río Pequeno, atravesando áreas boscosas de gran biodiversidad y aldeas tradicionales gallegas, un recorrido muy completo por una de las zonas más impresionantes de Galicia.

Te dejo el enlace de los lugares que visitar en O Courel.

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Este espacio natural cuenta con unas características únicas, ya que sus montañas están formadas por pizarras, cuarcitas y areniscas de la Era Paleozoica Inferior, que se remontan a unos 500 millones de años en el tiempo.

Conocida como la reserva verde de Galicia, pues en ella habitan gran variedad de especies botánicas, tanto mediterráneas como atlánticas que entre si forman uno de los paisajes más hermosos de Galicia.

Como llegar al inicio de la ruta:

Nos dirigimos a Seoane do Courel, en concreto a la afueras de la aldea, en la carretera LU-651 hay una pequeña zona de aparcamiento y varios paneles informativos de los senderos a realizar.

Ruta do río Pequeno.

La ruta do río Pequeno puede realizarse en ambos sentidos, nosotros comenzamos en ascenso hacia la aldea de O Mazo. El recorrido está bien señalizado con señales y marcas blancas y amarillas.

En los primeros metros ya nos damos cuenta de lo impresionante de la ruta, vemos los primeros ejemplares de castaños y el paisaje que nos rodea no puede ser más bonito. El camino está cubierto de hojas secas y el crujir de las hojas nos acompañará toda la ruta.

Aldea de O Mazo.

Es otoño, y es la mejor época junto con la primavera, para recorrer O Courel. Dejamos atrás la pequeña aldea de O Mazo, por el camino nos encontramos varios sequeiros, que son unas construcciones de piedra cuadradas que se utilizaban para el secado de la castaña.

En los primeros kilómetros hay que cruzar dos regos, son dos pequeños afluentes del río Pequeno, el rego Carrozo do Arroxo y el rego de Bois, los cruzamos sin problema saltando de piedra en piedra y sin mojarnos, pero hay que tener en cuenta que si llueve los días anteriores quizás se complique y tengas que mojarte los pies.

Rego de Bois.

Caminamos con calma y admirando el paisaje que nos rodea, árboles y árboles por todos los lados, de vez en cuando algún prado que nos deja asomarnos y ver las hermosas montañas que nos abrigan.

Cuando llevamos unos cuatro kilómetros de caminata, llegamos al desvío hacia la Poza da Grada. Debemos seguir un camino estrecho y resbaladizo, hincamos bien los pies y descendemos con cuidado.

Antes de verla, oímos el sonido del agua, y entre los árboles asoma la parte superior de la fervenza Poza da Grada.

Poza da Grada desde arriba.

Nos acercamos despacio a la parte de arriba, nos sorprende lo bonita que se ve, un salto que cae formando una piscina natural, sus aguas cristalinas adoptan el color verdoso del entorno. Es impresionante.

Poza da Grada.

Nos atrevemos a descender hasta la parte inferior para verla con detalle. Es una belleza de lugar, es uno de los puntos fuertes de la ruta.

Desandamos ese pequeño tramo y continuamos la caminata con rumbo hacia Paderne, este pequeño tramo lo hacemos caminando a orillas del río Pequeno, cruzamos alguna zona donde surge agua entre las paredes de las rocas, humedeciendo el camino.

Aldea de Paderne.

La aldea nos recibe silenciosa, la atravesamos y al final de ella encontramos dos senderos, puedes elegir el que más te guste, nosotros optamos por el de la derecha, en ascenso y el más largo.

Kilómetro de Biodiversidad de Paderne.

Este rodea un tramo de bosque precioso, es el kilómetro de la Biodiversidad de Paderne, en el que destaca un inmenso soto, con castaños de todos los tamaños y edades.

A partir de aquí comienza la etapa más sufrida, para mí, es el tramo de ascenso hasta alcanzar Castro de Brío, y a continuación la aldea de Mercurín.

En los puntos más altos es de obligación pararse a contemplar las vistas, donde se ve una espectacular panorámica de las montañas y aldeas.

Encinar de Castro de Brío.

Después de la intensa subida, llegamos al desvío hacia Castro de Brío, situado a 1042 metros, es muy aconsejable visitar el lugar a pesar de que ya no existe el castro, supongo que habrá existido en algún momento de la historia.

Mirador natural de Castro de Brío.

Lo que si vimos y atravesamos, fue un espectacular encinar que termina en en mirador natural, este está situado en un precipicio sin ninguna barrera ni protección, por lo que hay que ir con mucho cuidado para no caerse al vacío.

Volvemos al cruce y ahora vamos directamente a la aldea de Mercurín, que se encuentra a tan solo dos kilómetros de distancia.

Aldea de Mercurín.

Nos faltó tiempo para verla con detalle, recorrimos sus estrechas calles hasta llegar a la fuente, donde a pocos metros verás una casa con una gran balconada y un eje de carro, que hace las veces de banco.

Dejamos atrás esta pintoresca aldea, y nos disponemos a caminar los últimos kilómetros que nos quedan. Volvemos a adentrarnos en otro precioso bosque de castaños, y más adelante atravesamos otro encinar.

Encinar de Mercurín.

Caminamos con rapidez aprovechando el descenso hasta Seoane do Courel, pero el camino es muy escalonado y con multitud de piedras a esquivar y varias veces tropiezo, menos mal que siempre llevo el bastón que es mi punto de apoyo, y para mí, de las cosas más importante que llevar a una ruta, la de caídas que me ha ahorrado.

Poco a poco dejamos atrás la frondosidad del bosque y llegamos a la carretera, la cruzamos y toca subida hasta la aldea, un pequeño esfuerzo más y llegamos a Seoane donde nos espera nuestro vehículo.

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La sensación es de euforia, de gozo. Ha sido una muy, muy buena jornada, descubrimos un montón de lugares y todo el recorrido es a través de paisajes de ensueño.

Gracias O Courel por regalarnos tantos momentos de felicidad. Ha sido un grandísimo placer recorrer estas tierras de mi hermosa Galicia. Qué ganas de volver pronto por ahí.