Hoy nos vamos de aventura por la Sierra do Candán, en concreto la ruta de Trasdomonte, en la provincia de Pontevedra. Es un conjunto de cinco aldeas de la parroquia de A Madanela de Montes en el municipio de Forcarei: San Xusto, As Codesás, Ameixeiras, A Graña y Ventosela.
Entre bosques, prados y caminos enxebres llegaremos a las cinco aldeas, algunas medio abandonadas, pero con ese encanto que tanto nos gustan a todos.
Comenzamos en la aldea de San Xusto, aparcamos cerca de una fuente de piedra y nos ponemos en camino hacia As Codesás. Son las 09:00 horas y el sol comienza a asomar en esta mañana de noviembre. Caminamos a paso ligero por una pista de asfalto menos de un km hasta llegar a una casa que tiene una insignia del Camino de Santiago. Debemos pasar por delante y a los pocos metros ya nos damos cuenta de que la ruta promete. A poco más de 500 metros llegamos As Codesás.
Destacar la variedad de caminos que vamos a encontrar: algunos con muros altos, otros con piedras planas grandes, llamadas lousas o chantas, y senderos por bonitos bosques.
Seguimos caminando sin prisa pero sin pausa y siempre admirando el paisaje, y en nada llegamos a la siguiente aldea, Ameixeiras, y poco más de un kilómetro, a la aldea de A Graña, que estará a nuestra izquierda. Debemos atravesarla para llegar a la fervenza, a la cual llegaremos tras encontrar un estrecho sendero que se irá convirtiendo en pista forestal y que se extenderá poco más de un kilómetro.
Nosotros tomamos como referencia los cables de alta tensión, ya que por ese punto estará el caminito para descender a la fervenza. Esta parte sería la más compleja, debido a que hay que descender una ladera bastante empinada, por lo que hay que ir con precaución.
Encontramos también una albariza, una construcción de piedra circular que se utilizaba para proteger los paneles de las abejas y su miel del ataque de los depredadores, como los osos.
Desde aquí, ya podremos ver la cascada desde lejos y oirla. Tenemos delante una maravillosa panorámica de las sierra do Candán.
Para llegar hasta sus pies, al otro lado, debemos cruzar un pequeño puente de piedra.
Toca regresar, por lo que volvemos sobre nuestros pasos y salimos de A Graña caminando por la carretera, un kilómetro aproximadamente. Nuestro camino estará a nuestra izquierda bordeando una antigua torre eléctrica.
Pronto llegamos a un prado y nos acercamos al río para cruzarlo. Lo hicimos ayudándonos de un árbol que estaba tumbado. Las piedras por la que debíamos cruzar estaban tapadas por el agua, debido a las lluvias que hubo esas semanas. De todas formas, el río Porto es un río pequeño y con cuidado se cruza bien.
Desde aquí hasta Ventosela encontramos la parte que más descuidada está. Nos parece una pena, pues hay caminos muy bonitos, pero la maleza campa a sus anchas. Tanto, que la mayoría de los senderistas suelen buscar otras opciones por terrenos colindantes.
En nada, llegamos a la aldea y ya solo nos queda caminar hasta San Xusto, que es donde dejamos el coche.
Siempre es un gusto caminar por la comarca de Tabeirós – Terra de Montes. Hasta pronto.