El Peñón de Ifach es una gigantesca roca de 332 metros de altura que está unida a la costa alicantina por una estrecha franja de tierra llamada istmo. El Peñón de Ifach, cuyo nombre significa norte, fue declarado Parque Natural por el gobierno valenciano el 19 de enero 1987.
Este espacio protegido está situado a los pies del pueblo alicantino de Calpe, comarca de la Marina Alta en la Comunidad Valenciana. En este parque existen varias rutas de escalada y una de senderismo.
Esta ruta de senderismo es la Ruta Roja de Ifach, un recorrido de poco más de 4,5 kilómetros entre ida y vuelta.
Por su relieve y complejidad se divide en dos tramos, el primer tramo hasta el túnel es fácil y apto para todos los públicos, tras cruzarlo la ruta se encrudece poco a poco hasta el nivel de trepar por las rocas en varios puntos.
Índice de contenidos
ToggleQué necesitas para visitar el Peñón de Ifach
Para visitar este parque natural se necesita reserva, aunque es de entrada gratuita su aforo se limita a 300 personas por día. Para realizar la reserva debes entrar en la página del Parque Natural del Peñón de Ifach y seguir las instrucciones. Recuerda que solo se puede reservar dentro de los 10 días anteriores a realizar la ruta.
Es importante llevar calzado adecuado si vas a realizar la ruta roja, agua, crema de sol, una gorra y muchísima precaución.
Cómo llegar al Peñón de Ifach
Llegar al inicio de la ruta es muy fácil. Debes llegar hasta el pueblo de Calpe y acercarte hasta los pies de esta gigantesca roca. Si llegas en coche, en el puerto encontrarás aparcamiento y desde ahí es muy fácil llegar hasta la entrada.
Dentro del parque cuentan con plazas de aparcamiento para personas con discapacidad, al que pueden acceder solo vehículos con acreditación. También cuenta con un pequeño museo y baños públicos.
Siguiendo el camino, ya en ligero ascenso, llegarás hasta el centro de visitantes donde debes mostrar tu reserva. No es necesario imprimirla, pues puedes llevarla en el teléfono. Allí comprueban los datos y listo.
Ascenso a la cima del Peñón de Ifach
Tras pasar las barreras, comenzarás por un bonito camino empedrado, de unos 1.300 metros, con barandilla de madera que llegará hasta el túnel. Durante el paseo, podrás observar la flora típica del peñón y unas vistas magníficas del puerto y las playas de Calpe.
A medida que cogemos altura, también podremos ver las salinas, que están situadas detrás de los edificios. A través de este fantástico sendero llegaremos hasta el túnel. A finales del siglo XIX, este peñón era la segunda residencia de un particular, que con dinamita perforó la montaña para acceder a la cima de manera fácil.
Tras cruzar el túnel, el camino cambia de manera drástica, dando paso a un estrecho sendero bordeando el acantilado. En los tramos más estrechos hay unas cuerdas y cadenas a las que agarrarse.
Después de dos tramos con cadenas llegamos al cruce. Allí hay una señales que indican el camino hacia la cima, que se encuentra a 500 metros, y, hacia la izquierda, podremos acceder al mirador de Carabineros.
Para llegar hasta la cima del Peñón debes buscar en todo momento unos círculos rojos pintados en las piedras que te indicarán el camino más fácil para llegar hasta él.
Hay que pisar con sumo cuidado para no resbalar y tensar bien las cadenas al agarrarse, así evitarás algún que otro susto.
De esta parte hasta la cima no tengo fotos, debido a lo arriesgado que es este tramo. Guardé el teléfono y las gafas de sol en la mochila para tener las dos manos libres, que falta hacen para trepar y agarrarse a las rocas.
Con calma y paso firme, alcancé la cima tan feliz como si fuera el Pico Everest. No lo olvidaré jamás. Las vistas son de escándalo. Estar ahí arriba es una sensación increíble.
Después de recrearme con las vistas y sacar mil videos y fotos, me dispuse a descender. Siguiendo los puntos rojos, en poco tiempo estaba de nuevo en el cruce hacia el mirador de los Carabineros, que pasamos ahora a conocer.
Descansamos un poquitín, ya que me temblaban las piernas por el esfuerzo, pero la recompensa de saber que he podido subir y las vistas lo compensan.
Poco a poco nos vamos alejando y tengo que mirar atrás varias veces para ver el Peñón de Ifach a lo lejos, tan erguido y gigantesco que me parece increíble que haya estado ahí arriba. Pero sí, he estado!! LO LOGRÉ!
Desde luego es una experiencia muy enriquecedora, y vale mucho la pena. Ir con precaución y disfrutar muchísimo de la ruta roja del Peñón de Ifach y de Calpe.
Ha sido un grandísimo placer. Espero volver y poder repetir esta hazaña. Hasta pronto.